domingo, 16 de abril de 2017

LA OBRA FILOSÓFICA DE TOMAS DE AQUINO Y SU INFLUENCIA ARISTOTÉLICA


Las obras de Aristóteles llevaron a algunos pensadores del medioevo a querer darle a todas las cosas una respuesta lógica y científica, mientras los más radicales a la fe, pretendían defender la naturaleza divina del mundo. Sin embargo, la metafísica aristotélica fue de gran interés para los pensadores medievales. En el caso de Tomas de Aquino busco una aceptación entre ambas, para él la diversidad no es ruptura y separación sino orden (Fernández, S. 2014).

Tomas busca la verdad filosófica sin olvidar los principios religiosos, intentando practicar una filosofía muy objetiva en donde parte de un mundo sensible para luego llegar a Dios, a diferencia de otros pensadores de su época que conciben todas las cosas iniciando de Dios, Tomas estudia la metafísica aristotélica sin los prejuicios que podría tener un religioso al estudiar un filósofo pagano, concluyendo que existen cosas que son para el estudio de la razón y otras que son exclusividad de la fe, pero que también hay algunas cuestiones que pueden ser abordadas `por ambas como la creación y la evolución (Ibarra, C. 2016).
Es de resaltar en Santo Tomas la particular forma de analizar las obras griegas sin llegar a condicionarse por sus creencias religiosas, cosa que demuestra una inteligencia y un poder de análisis propio de un filósofo innato, cuyo interés es el conocimiento y que solo vive para esto. La vida de Tomas nos da a conocer a un filósofo que prefirió una vida humilde como monje a la de un clérigo rico y poderoso, alejándose así de distracciones que le impidieran pensar. Su capacidad como filosofo lo llevo a intentar integrar la fe con la razón de una manera muy clara, pues no entro en disputas entre ellas sino intento ordenar las cosas que le corresponde a cada una, apreciación que resulta muy sabia, pues tratar de conciliar la fe y la razón en todo aspecto es algo ingenuo.


Personalmente podría decir que la fe y la razón pueden convivir juntas en el ser humano, como también que la razón puede existir sin la fe, pero la fe no existiría sin la razón, porque es necesario llegar a realizar un raciocinio y tener una capacidad imaginativa como la del ser humano para poder concebir una idea tan extraordinaria como la de Dios, incluso si la teoría metafísica en la que la idea del ser perfecto tiene que provenir de un ser perfecto, solo puede ser puesta en un cerebro que razone y pueda sacar esas conclusiones y no podría ser puesta por la entidad divina en un cerebro que solo trabaje sensitivamente. Sin embargo, podrían argumentarnos que nuestro raciocinio también fue otorgado por Dios o que la inteligencia es una facultad del alma, por lo tanto entraríamos en otras discusiones más profundas que realmente no han tenido una solución placentera para la razón ni para la fe.

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